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Un día iba yo por la calle...

...paseando tan tranquilamente y me encontré con un perro pequeño y de ojos saltones que empezó a ladrarme sin ningún sentido. Miré a mi alrededor para intentar localizar a su dueño pero no vi a nadie y cuando me dispuse a rodear al gracioso animalillo para poder seguir andando: el perro había desaparecido. En un primer momento pensé: bueno, así no me tengo que preocupar de si muerde o me seguirá pero luego, llamando un poco al sentido tierno de mi corazón pensé: ¿qué le habrá pasado al simpático perrete? Así que ni corta ni perezosa empecé mi odisea en busca del animal perdido.
    Llegado un buen momento empecé a escuchar ladridos, unos ladridos curiosos que me parecieron los de aquel animal así que fui hacia donde el sonido me decía y me encontré a un pájaro ladrando, en ese mismo instante me extrañé igual que vosotros deberíais estarlo y me dije ¿cómo he llegado yo aquí? Así que me paré en seco contemplando a aquel pájaro ladrador y rebusqué en los recuerdos de los pasos dados hasta que deduje: ¡Leches! Claro, si yo estaba soñando. Así que, visto lo visto, me relajé y me senté a disfrutar del panorama. En esto que llega un pájaro normal (pobre pájaro ladrante que ya lo había clasificado como anormal) y se pone a piarle con su dulce canto. Esto me hizo pensar que los pájaros tenían un problema ya que no se podían comunicar, porque, por si fuese poco, visto tal espectáculo, más pájaros vinieron a gemir, graznar, resoplar, relinchar y hasta a hablar en ruso antiguo. Así que me levanté y me pronuncié y, con esa gracia infinita que tienen los sueños en donde todo se cumple, empecé a interpretar a aquellos animales de manera bilateral para que todos pudiesen estar felices con su mensaje bien entendido.
    Cuando me desperté me sentí muy orgullosa de mi hazaña en el sueño y me puse a leer el periódico junto a mi té con leche (sí soy muy inglesa). Allí me encontré cientos de noticias de conflictos que se podrían haber resuelto si, como en mi sueño, hubiese habido alguien que pusiese la palabra adecuada en el momento de tensión adecuado y pensé: voy a hacerme trasladadora de mensajes.
    Así que aquí estoy yo, dispuesta a solucionar el mundo con buenas palabras, buenos mensajes y muchísima imaginación.